Bueno pues yo fui al grito del centro cívico como tantas veces, pero en realidad me gusta ir para comprar cochinero, los elotes, duritos, raspados y todas esas cosas bien ricas de dudosa calidad. Y cerca del carrito de los elotes estaban ellos, el niño con su papá bien feliz porque le había comprado un Spiderman en una bicicleta; me hizo recordar mi infancia cuando gritaba no un ¡VIVA MÉXICO! sino un ¡CÓMPRAMELO! Y es bonito que te compren ese tipo de cosas que no comprarías si no fuera el día del grito, como los bigotes o los sombrerotes; aunque después lo tengas arrumbado, pero lo compras bajo ese auge de euforia por ser el día de la Independencia de México.
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