La escultura de Huehuetéotl es la pieza más grande
encontrada hasta ahora en la zona arqueológica, que junto con los otros objetos
debieron decorar la cima del edificio piramidal hace unos mil 500 años, informó
el INAH.
De acuerdo con el arqueólogo Alejandro Sarabia, las piezas
se encontraron dentro de una fosa -de cuatro metros de ancho, 17 de largo y
cinco de profundidad-, que data posiblemente de finales del siglo V o inicios
del VI de nuestra era. El depósito fue parte del templo que los mismos
teotihuacanos destruyeron en ese periodo; sin embargo, algunos elementos
arquitectónicos se dejaron en su lugar original.
Añadió que la fosa fue excavada en tiempos prehispánicos para
recuperar la ofrenda principal de la construcción, en un acto de
desacralización y con el propósito de repartir su contenido en otros edificios
públicos de la antigua ciudad.
Por su parte, la arqueóloga Nelly Zoé Núñez Rendón, también
investigadora del Proyecto Pirámide del Sol, precisó que la poca profundidad a
la que fueron halladas las piezas indica que cuando Leopoldo Batres consolidó
la Pirámide del Sol, hace poco más de un siglo, únicamente cubrió la cima, sin
antes haber excavado esta área.
La responsable de las excavaciones en la cúspide de la
edificación destacó que los hallazgos destacan por su gran formato.
La escultura de Huehuetéotl, que se descubrió en 75 por
ciento y fue realizada en andesita gris, tiene 58 centímetros de altura y pesa
alrededor de 190 kilos. Esta representación conserva, en un caso inédito, parte
de la pigmentación original sobre los diseños geométricos en bajorrelieve e
iconográficamente.
Este descubrimiento -junto con el hallazgo en 1906, de un
brasero y varios símbolos escultóricos de la ceremonia sagrada del Fuego Nuevo
sobre la plataforma adosada-, podría indicar que la Pirámide del Sol fue
escenario de cultos de carácter ígneo y de finales de ciclos calendáricos.
Las estelas completas de piedra verde son lisas; la primera
es de 2.56 metros de largo y 955 kilos y se encontró a 4.30 metros de
profundidad, mientras que la segunda es de 1.40 de alto y 300 kilos; esta
última se descubrió en la primera semana de diciembre pasado, poco antes de
terminar la temporada de exploración de 2012.
Para su transportación a las oficinas del proyecto de
investigación, se requirió del apoyo de personal de la zona arqueológica.
Durante la temporada de exploración arqueológica, efectuada
de junio a diciembre de 2012, se buscó despejar las dudas sobre el sistema
constructivo y el fechamiento de la gran pirámide.
Igualmente, se enfocó en otros espacios de la pirámide, como
su base, cerca de la esquina noroeste, a fin de definir el punto de contacto
entre la plaza de la construcción y la muralla que rodea al edificio.
Se excavaron, además, las dos escalinatas del primer cuerpo,
con el objeto de encontrar evidencia de la decoración original, encontrándose
una escultura, restos del talud y del tablero original, todos del siglo V d.C.
El resto de los trabajos se enfocaron a la consolidación
arquitectónica en la fachada Sur, particularmente de un muro de relleno y su
talud, y en la contención de la fachada Este.
De las excavaciones se dedujo que la estructura fue
concebida desde el principio con la altura que hoy podemos apreciar, cercana a
los 70, aunque posteriormente fueron ampliados sus dos primeros cuerpos,
aumentando así su anchura.
Anteriormente, entre 2008 y 2010, los investigadores del
INAH encontraron, a través de pozos estratigráficos, tres estructuras previas a
la construcción de la Pirámide del Sol y dos ricos depósitos de materiales, uno
de ellos, la ofrenda de consagración del edificio que data de fines del siglo I
o comienzos del II.
Huehuetéotl es la pieza más grande encontrada hasta ahora en Teotihuacan |
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