lunes, 30 de noviembre de 2009

PARA SUBIR AL CIELO: UN POQUITO DE GRACIA (Tlalocan o Cielo)


Paraíso indígena o Tlalocan

¡Ah! Ve a todas partes.
!Ah¡ Ve, extiéndete en el Poyauhtlan.
Con sonajas de nieblas
es llevado al Tlalocan.


Tomado del himno a Tlaloc. Tlaloc Icuic.

Según la mitodología Azteca, EL Tlalocan es el lugar donde Tlaloc, el dios de la lluvia, vive con otros dioses menores llamados "Tlalocas" y sus ayudantes elegidos por el.
El Tlalocan fué considerado como un paraíso terrenal en donde todo abundaba y a donde los que morian por causa del agua como ahogado, por un trueno, etc o enfermedades relacionadas con ella es a donde iban despues de la muete; los elegidos por Tlaloc. En el Tlalocan también se recibía a los desdichados que perdían la vida por causa de la terrible enfermedad de la lepra.
Este era el hogar del dios Tlaloc, aquí mora con sus ayudantes, los Tlaloques, geniecillos que se situaban en las cuatro esquinas del mundo y donde se afanan para sostener unos jarros en donde se concentran diferentes tipos de lluvia: las que brindaban prosperas cosechas, las que las malograban, las que generaban heladas, las que producían tormentas, etc. En el instante en el que los Tlaloques chocaban sus recipientes estos generaban los truenos y cuando las impactaban hasta romperlas se suscitaban los pavorosos rayos.

Lugar donde vive el dios judeocristiano o El Cielo judeocristiano

Aunque hay abundantes y diversas fuentes para urdir concepciones del "Cielo", la visión típica del creyente parece depender en gran medida de su tradición religiosa particular. Diversas religiones han descrito el Cielo como poblado por ángeles, demonios, dioses o héroes.
Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la existencia humana.
Como enseña el catecismo de la iglesia católica, «esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha».

Marlene Quiroz

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