miércoles, 26 de octubre de 2011

La Piedra del Sol



He aquí un ejemplo de la integración de los conocimientos de las funciones del calendario solar y estelar. Clave de la mitología y del simbolismo de la América precolombina, la Piedra del Sol fue descubierta a fines del siglo XVIII en la ciudad de México durante los trabajos de construcción de la nueva catedral. Se encuentra sobre la pirámide doble de Tenochtitlan, dedicada a
Tlaloc, y Huitzilopotchli, dioses de la lluvia y de la guerra, pero que son al mismo tiempo, los dioses del Hombre nuevo y de la guerra florida.Se trata de una piedra basáltica circular de 3,59 m. de diámetro, de un peso de 25 toneladas, esculpida y trabajada con un arte incomparable. Llamada "Calendario Azteca" pero cuyo verdadero nombre es "Cuauhxicalli", que significa "receptáculo del Águila", no es solamente un calendario sino también una piedra conmemorativa de una fecha sagrada: porque, como las estelas mayas, ciertas piedras aztecas recuerdan una fiesta ritual celebrada cada 52 años: la fiesta del Fuego Nuevo.

La Piedra está compuesta de 8 círculos concéntricos que forman coronas circulares. En el círculo exterior que rodea el todo, dos serpientes se reúnen, cabeza abajo, escupiendo dos rostros representan el día y la Noche Las dos serpientes una diurna, una nocturna, representan el cielo en todos sus diferentes aspectos.La energía era captada por el octavo movimiento. Para los Aztecas, desprendía una fuerza particular: una energía proveniente del Universo que se encarnaba en el Espacio-Tiempo para entrar en resonancia con la Tierra. Esta energía, reuniendo las fuerzas del Universo y las de diferentes cielos, era distribuida por el sol que es la fuente de vida de nuestro sistema planetario.

En la Piedra del Sol, encontramos una distribución concéntrica, en función de los planetas, como lo indicaba el calendario azteca. Las dos serpientes divididas en 13 segmentos (13 cielos) son la imagen del Universo que contiene todo. Son el yin y el yan, el día y la noche que nos envuelven. Son también la Vía Láctea, la galaxia que contiene nuestro sistema solar en medio de tantas otras. Para los Aztecas, la Vía Láctea representa la fuerza de expansión más grande con respecto al hombre, antes de llegar a la Totalidad Absoluta.
El intermediario entre el Hombre y las estrellas es el Sol, centro del sistema de relaciones planetarias y en consecuencia, centro de la Piedra del Sol. Es así que el Sol central se vuelve centro de vida asimilando y difundiendo las energías, mientras que las dos serpientes constituyen el círculo formal que limita y rodea la creación.

http://www.americas-fr.com/es/civilizaciones/calendario.html#cercle2

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