domingo, 18 de septiembre de 2011

Grito de Independencia en el Centro Cívico de Mexicali

Mi visita.
Fue unos minutos antes de las diez de la noche del quince de septiembre que me dirigía hacia la plaza de los tres poderes del Centro Cívico para presenciar las celebraciones del grito de Independencia. Se trata de una amplia manifestación popular que confirma la identificación de grandes segmentos de la población con los símbolos patrios, con la música mexicana, con la convivencia social. En el desarrollo de la verbena popular se escucha la música ranchera, particularmente aquella que exalta con más énfasis el regionalismo y valores mexicanos; se ve la vendimia de los antojitos mexicanos y de las aguas frescas, con un notable colorido de sabores y texturas; se puede ver la combinación de situaciones que se registran entre los grupos con ambiente familiar, respecto de quienes van sólo en plan de convivencia amistosa y otro conjunto de individuos que francamente parecen simplemente andar en búsqueda de relajo y desparpajo.
Puede apreciarse que cada vez son menos las personas que mantienen la tradición de portar la indumentaria o vestuario identificado con el folklore nacional. Sin embargo más preocupante puede ser que la gente desconozca, a veces parcial y a veces casi totalmente, el significado y los personajes que participaron en la gesta histórica de la lucha por la independencia.


La noche transcurre entre fuegos artificiales, entre exhaltados llamados al patriotismo y a celebrar la cultura mexicana, en una ceremonia con la que las autoridades expresan a los cuatro vientos su compromiso con el proyecto de pais que nos une y compromete a todos, mientras abajo en las escalinatas y en la plaza una interminable sucesión de personas caminan admirados de lo que la festividad y la celebracion patriotica son capaces de lograr. Entre los asistentes queda claro que se festeja, se grita y se canta con entusiasmo, a pesar de que las condiciones sociales y económicas estan afectando con gran severidad a la mayoria de la población.


Tamara Salazar

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