CARL NEBEL
Durante las postrimerías de la etapa colonial en México, llegaron a
nuestro país numerosos viajeros provenientes del viejo continente con la
finalidad de estudiar la flora, la fauna, el paisaje urbano, además de los
tipos y costumbres de la población mexicana.
Es en este periodo, cuando el barón Alejandro de Humboldt realizara un
viaje, de 1799 a 1804, por diversos países americanos, entre otros México, que
tenía por objeto llevar a cabo estudios científicos dedicados a observar, tanto
los recursos naturales, la geografía, así como los principales centros urbanos.
Humboldt hace especial hincapié en el estudio de los monumentos arqueológicos y
de los diferentes paisajes característicos de los lugares visitados, ya su
regreso a Europa, sus resultados conforman la obra titulada "Viaje a las
regiones equinocciales del Nuevo Continente".Así, atraídos por los
excelentes relatos de Humboldt, comienza a llegar a nuestro país una importante
cantidad de artistas-viajeros, entre los que destaca, el joven alemán Karl
Nebel.
Los datos biográficos de Nebel resultan ser muy escasos, únicamente
sabemos que nació el 18 de marzo de 1805, en la ciudad de Altona, ubicada al
poniente de Hamburgo a orillas del río Elba. Murió 50 años después en París, el
14 de junio de 1855. Fue arquitecto, diseñador y pintor, recibió una educación
de acuerdo a su época, totalmente influenciada por el movimiento neoclásico; su
obra pertenece a la corriente artística conocida como Romanticismo, movimiento
que estaba en su esplendor en la Francia del siglo XIX y que se ve ampliamente
reflejada en todas las litografías de Nebel.
La obra de Karl Nebel titulada: "Viaje Pintoresco y arqueológico
sobre la parte más importante de la República Mexicana, en los años
transcurridos desde 1829 hasta 1834", está compuesta por 50 litografías
dibujadas. La edición francesa de la obra de Nebel se publicó en 1836 y cuatro
años más tarde, apareció la edición en español.
Después de haber realizado un viaje por las regiones costeras, la parte
del norte del país, el Bajío, las ciudades de México y Puebla, Nebel se embarca
de regreso a París, ahí se entrevista con el Barón de Humboldt, para
solicitarle que prologue su libro, lo que logró con buena fortuna. En su texto,
el Barón resalta el gran sentido naturalista, el carácter estético y el gran
interés científico arqueológico de la obra de Nebel. También elogia la extrema
dedicación del explorador alemán, que se ve reflejada en las descripciones de
los monumentos arqueológicos. Para Nebel, la finalidad más importante de su obra, dirigida a una
extensa población, fue la de dar a conocer al público europeo diferentes
aspectos naturales y artísticos de México, al cual llama la " Ática
americana".
Así, sin la intención de instruir al lector, Nebel tuvo el propósito de
recrearlo y divertirlo. Fueron tres los temas tratados por este viajero en sus preciosas
litografías: la arqueología, el urbanismo y las costumbres mexicanas. Son 20
las láminas que contienen el tema arqueológico, 20 fueron dedicadas a las ciudades,
en donde el paisaje natural se incorpora a toda la escena y las 10 restantes se
refieren a los trajes, los tipos y las costumbres.
En las litografías referentes a la arqueología mexicana, Nebel logró
recrear un ambiente antiguo y majestuoso, donde la exuberante vegetación
enmarca toda la escena; este es el caso de la imagen titulada Monte Virgen, en
donde Nebel nos muestra gigantescos árboles y plantas que dificultan el paso de
los viajeros. En esta serie, fue el primero en dar a conocer la pirámide de los
Nichos de El Tajín, a la que considera como el último testigo de una antigua
civilización condenada a la desaparición. También nos muestra una vista general
de la pirámide de Cholula, de la que nos comenta que se trata de la edificación
más grande del antiguo Anábuac, nos proporciona las medidas de su base y
altura, basándose en los textos escritos por Torquemada, Betancourt y
Clavijero. Al final del texto explicativo de la imagen, concluye que la
pirámide fue construida seguramente como sepultura de reyes y grandes señores.
Asombrado por el arte escultórico de los mexicas, y retornando a don
Antonio de León y Gama, Nebel nos proporciona una información completa de este
oficio, así como una aproximación en lámina de tres importantes esculturas
halladas poco tiempo antes (a finales del siglo XVIII, en 1790), la piedra de
Tizoc, la Coatlicue (dibujada con algunas inexactitudes) y la llamada Piedra
del Sol. Nos muestra, además, algunos instrumentos musicales prehispánicos,
agrupando silbatos, flautas y teponaztlis. De sus recorridos por el interior
del país, Nebel visita, hacia el norte de México, el estado de Zacatecas
ilustrando en cuatro láminas las ruinas de La Quemada; hacia el sur, en el
estado de Morelos, realiza cuatro litografías de Xochicalco, en las que nos
muestra la reconstrucción, no del todo aproximada, de la pirámide de la
Serpiente Emplumada y de sus principales relieves.
En cuanto al segundo tema abordado por Nebel, éste logra fusionar el
paisaje urbanístico con el natural. En los dibujos se muestran las principales
y más importantes características de las ciudades visitadas por este artista,
Puebla, San Luis Potosí y Zacatecas, entre otras. Algunas de ellas fueron
empleadas como fondo de la composición, cuyo tema principal son extensos valles.
En las vistas más detalladas, observamos grandes e imponentes plazas con
monumentos y construcciones de carácter religioso. También reconocemos los
principales puertos marítimos del país: Veracruz, Tampico y Acapulco, que se
nos muestran en relación a su importancia.
A la Ciudad de México, Nebel le dedica cinco láminas, pues es el lugar
que más llama su atención, y la considera la urbe más grande y hermosa de la
América española, comparable a las principales ciudades europeas. Las más
llamativas de esta serie de litografías son: México visto desde el Arzobispado
de Tacubaya, que junto con Vista de los volcanes de México, forman una
secuencia perfecta que permiten a Nebel abarcar todo el Valle de México y
destacar el carácter grandioso e imponente de esta gran metrópoli.
Como vistas más detalladas, este viajero realizó dos láminas del actual
zócalo capitalino. La primera de ellas es la titulada Interior de México, en la
cual se muestra por el lado izquierdo, una parte de la Catedral Metropolitana,
por el otro lado, el edificio que ocupa el Nacional Monte de Piedad y al fondo
vemos al majestuoso edificio conocido como El Parían, sitio donde se comerciaba
en el siglo XIX con todo tipo de productos finos provenientes de Asia. La
segunda litografía lleva el título de Plaza Mayor de México, en ella se nos
ubica en la desembocadura de la calle de Plateros que hoy en día es la Avenida
Madero y el tema principal lo componen la imponente construcción de la Catedral
y el Sagrario, además de la esquina del Palacio Nacional, formada por las
actuales calles de Seminario y Moneda teniendo como fondo la cúpula de la
iglesia de Santa Teresa.
La última litografía de la serie de la Ciudad de México, Nebel la llamó
Paseo de la Viga en México, se trata de una escena costumbrista en la que Nebel
nos muestra a diferentes grupos sociales, desde los más humildes hasta los más
elegantes que disfrutan de un descanso y del hermoso paisaje que tienen a su
alrededor. En esta lámina nos trasladamos al antiguo canal de unión entre los
lagos de Texcoco y Chalco, en los extremos de la composición, el artista re-
presentó la vegetación característica de las chinampas: los árboles conocidos
como ahuejotes. Al fondo apreciamos La Garita, en donde se aglomera la gente
dispuesta a iniciar su paseo, ya sea a pie, a caballo, en elegantes carruajes o
en canoa, y como fondo destaca un vistoso puente.
De las ciudades de provincia, Nebel nos dejó una sencilla vista de
Puebla, con los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl como fondo, una vista
general de Guanajuato y otra más de su Plaza Mayor. De Zacatecas nos muestra
una panorámica, el interior y la vista de la mina de Veta Grande y de
Aguascalientes, detalles de la ciudad y la Plaza Mayor. Están además la Plaza
Mayor de Guadalajara, una vista general de Jalapa y otra de San Luis Potosí. El otro tema por el cual Nebel se inclinó fue el costumbrista,
influenciado principalmente por la obra del italiano Claudio Linati, quien
fuera el introductor de la litografía en México. En estas imágenes, el viajero
retrató a los habitantes de las diferentes clases sociales que formaban parte
de la naciente República vestidos con sus atuendos más característicos, los
cuales muestran la moda de la época. Esto es especialmente notable. en la
litografía que muestra a un grupo de mujeres usando mantilla y ataviadas a la
usanza española, o aquella otra en donde aparece un rico hacendado acompañado
por su hija, un criado y su mayordomo, todos ellos vestidos de manera elegante
y montando sendos caballos. Es en estas litografías de temas de la vida
cotidiana, donde Nebel destaca más su estilo influenciado por el Romanticismo,
en las cuales los tipos físicos de los personajes representados no corresponden
con la realidad, sino con los tipos clásicos del arte antiguo europeo. Sin embargo,
estas imágenes son de gran utilidad para conocer y reconstruir diversos
aspectos de Ia vida de México durante las primeras décadas del siglo XIX. Esto
constituye la importancia de este artista, además de la gran calidad de sus
obras.
Fuente: México en el Tiempo No. 15 octubre-noviembre 1996
Carla A Garcia
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